jueves, 30 de octubre de 2008

3.Algunos fenómenos del boom




El ''Boom'' habría sido un fenómeno histórico poseedor de características múltiples unido a la riqueza de los procesos culturales y sociales del hombre. La explosión que dio este fenómeno no sería sólo comercial. El escenario literario mundial de los últimos siglos siempre habría sido protagonizado por escritores europeos, en su mayoría de países dominantes más desarrollados.
A mediados del siglo XX y a guiados por la suba en las ventas en nuestro continente, llegaría a esos territorios del viejo mundo un número importante de escritores latinoamericanos nuevos.

Aunque la figura central del boom es García Márquez y su obra Cien años de soledad, publicada en 1967, hay muchos autores y obras anteriores a esa fecha, que se han vinculado a este fenómeno. El cubano Alejo Carpentier, por ejemplo, o el argentino Julio Cortázar, ya estaban consagrados como escritores quienes no habían sido masificados como escritores en los `60. Juan Rufo, de México; José María Argüidas, de Perú; Guillermo Cabrera Infante y José Lezama Lima, de Cuba; Jorge Luis Borges y Ernesto Sábato, de Argentina; y Juan Carlos Onecí, de Uruguay, entran en la renovación temática y estilística de la literatura latinoamericana e hispanoamericana. No podemos dejar de nombrar a Manuel Rojas nacido en Chile, cuya obra Hijo de Ladrón, expresa los principales motivos de la literatura contemporánea: la marginación social, la angustia, la incomunicación y la impersonalidad de la sociedad de esta etapa.

En la década del sesenta se produjo un crecimiento notable de la literatura latinoamericana, desembocando en un vasto reconocimiento mundial, tanto desde la crítica especializada de algunos escritores como la del público. La aparición de excelentes novelas que poblaron un espacio que estaba vacío en nuestra sociedad, dio pie al logró de llevar nuestra literatura alrededor del mundo.

José Donoso, chileno, en su Historia personal del boom, destaca el surgimiento de este fenómeno que -“... quizás valga la pena comenzar señalando que al nivel más simple existe la circunstancia fortuita, previa a posibles y quizás certeras explicaciones histórico-culturales, que en veintiuna repúblicas del mismo continente, donde se escriben variedades más o menos reconocibles del castellano, durante un período de muy pocos años aparecieron tanto las brillantes primeras novelas de autores que maduraron muy o relativamente temprano - Vargas Llosa, Carlos Fuentes, por ejemplo - y casi al mismo tiempo las novelas cenitales de prestigiosos autores de más edad - Ernesto Sábato, Onecí, Cortázar -, produciendo así una conjunción espectacular".En un corto período surgieron, novelas como La muerte de Artemio Cruz, La ciudad y los perros, La Casa Verde, El astillero, Paradiso, Rayuela, Sobre héroes y tumbas, y Cien años de soledad.-acota Donoso.

Lo que caracteriza a los escritores que se ubican dentro del 'boom', es que se trata de intelectuales exiliados de sus países, que desde Europa tomaron parte de la causa latinoamericana, y se hicieron eco de ella. Vargas Llosa dijo años más tarde que "había llegado a Europa siendo peruano, y allí me descubrí latinoamericano". Esta necesidad de pertenencia a una cultura que les era común, con diferencias regionales, terminó por conformar un grupo de lucha que termino reclamando por las libertades, los derechos humanos, y la Revolución Cubana y nicaragüense.

Aún cuando no es claro cuándo comienza y termina este fenómeno, se ubica dentro de él a un grupo selecto de escritores, quienes en algún momento fueron acusados de ser parte de una mafia con contactos secretos en las editoriales, de forma tal que tuvieran un éxito asegurado. El tiempo demostró que las acusaciones eran mentiras y que la calidad narrativa y estética de Mario Vargas Llosa, Julio Cortázar, Gabriel García Márquez, Carlos Fuentes y otros no pertenecía a ninguna editorial, sino que se trataba de un redescubrimiento de las páginas más notables de la historia del arte latinoamericano.

Los escritores del ''Boom'', destacando lo mejor de la literatura europea, mostraron otra visión de expresiones culturales de Latinoamérica e Hispanoamérica a través de la literatura. Pero esta escritura sería un proceso estético iniciado con anterioridad, La Nueva Narrativa de América Latina, de la cual podría decirse que el Boom formaría parte. Pero al mismo tiempo, este se distinguiría de él por su desprendimiento de las élites intelectuales para sumergirse en la aceptación popular. Ésto haría que sus lectores se transformasen en gran parte del crecimiento de este fenómeno.

Una poética nueva con destacados puntos en común en todo el continente surgiría de forma paralela al Boom. Alejo Carpentier dijo que las novelas de América Latina serían todas ''barrocas'', al tiempo que definiría ''lo real maravilloso'' en el prólogo de su novela ''El Reino de este Mundo''. Precisamente en las novelas el pasado colonialistas siempre permanecería y en el pasado como el tiempo presente formarían una única masa popular.

Contexto socio-histórico del ''boom'':
Algunos sucesos históricos garantizarían el terreno para la llegada del Boom. Si bien no se trata de una relación de causa y efecto. Como explicara Roland Barthes sería precisamente la historia quien construiría al autor y su obra, y no al contrario. La historia también participaría en la construcción del lector y por eso pondríamos al emisor y al receptor en un mismo nivel. Ese contexto se da con la Primera Guerra Mundial en 1914, seguida por la Revolución Rusa en 1917. Luego vendrían la crisis económica de EE.UU. en 1929 y la Segunda Guerra Mundial en 1945. El último componente sería la Revolución cubana, ocurrida en 1957.
Primera Guerra Mundial: La salida de la bella epoca, de la Europa occidental, nos deja dudas ante un mundo convulsionado y desequilibrado mucho más que tranquilo, como podría esperarse. La sociedad se choca con las nuevas tecnologías y los mercados internos provocarían una disputa por la búsqueda de nuevos mercados en todo el mundo.
Estados Unidos sería una promesa creciente y Kafka comenzaría a escribir casi al borde de la guerra (1912) su inconclusa ''Amérika'' –que él llamará ''la novela del desaparecido''- en la que mostraría las necesidades del hombre extranjero, un hombre tragado por la idea de oportunidad y los efectos sociales de un crecimiento desmedido.

La Revolución Rusa: En un país tan enorme como atrasado en la historia ocurriría un acontecimiento de efectos en el plano moral y político de gran alcance. La misma crisis económica de la 1ª guerra provocó, en octubre de 1917, la primera revolución obrera marxista. Junto a ella, diferentes manifestaciones estéticas y artísticas se expresarían. Esta fuerza contaminante permanecería durante muchísimos años caracterizando a la renovación intelectual del siglo XX en todas partes, incluso en EE.UU. y los países de Latinoamérica.

El Crack Financiero de 1929: Mientras en la URSS se fortalecería el régimen perverso del ''stalinismo'', en EE.UU. se producían ricos en minutos con la venta de acciones en el mercado, hasta ocurrido el gran estallido de Wall Street. Esta situación alimentaría la transformación de los valores estéticos, artísticos y morales, y profundizaría una ruptura total con el pasado. Las vanguardias continuarían y sus manifiestos mantendrían su contenido político-social. El intelectual Freud decía que el inconsciente, el automatismo y una cierta anarquía en las manifestaciones artísticas caracterizarían al surrealismo, que apareciera en 1924 y en la Torre de Marfil de André Bretón. Después de su paso por México, daría un salto en sus implicancias políticas y tomaría posición contra el stalinismo soviético.

La Segunda Guerra Mundial: Alemania buscaría dominar Europa con la ocupación de territorios y el recrudecimiento del modo de gobierno de la figura de Adolf Hitler. Con él se consolidaría un proyecto de extrema derecha, el ''Nationalsozialist''. La post guerra traería este modelo a Latinoamérica dando formación ideológica a los dictadores de los futuros gobiernos que practicarían el ''terrorismo de Estado''. En Europa, el triunfo de los comunistas ante los nazis habría significado un prestigio que luego sería congelado con los acuerdos de Falta y Potsdam firmados por Churchil, Roosevelt y Stalin. Esa división este–oeste era el viejo orden mundial, que sería destruido en 1989 con la caída del Muro de Berlín. Los judíos habrían sido siempre un pueblo nómada y la ''Tierra Santa'', estaba ocupada por palestinos. Pero después del Holocausto y ya finalizada la guerra, un fuerte movimiento con base en capital norteamericano crecería hasta la creación del Estado de Israel.

La Revolución Cubana (1957): Este hecho habría tenido sus consecuencias estéticas más próximas del propio Boom, que se habría hecho visible en los años sesenta. Sería el ''Broche de Oro'' en nuestro continente de todas rupturas comentadas. Una vez más se pondría en protagonismo a la cultural burguesa y se generaría una explosión en términos creativos en donde los números de la moda y la automatización de los medios de producción se entrelazarían con la renovación estética que surgiría. Black Power, Flower Power, hippies, pacificación, esta rebeldía generalizada se fortalecería con la derrota del ejercito estadounidense en Vietnam y por la lucha contra el racismo en las figuras de Malcom ''X'' y Martin Luther King. Con el asesinato de ellos y de JFKennedy, se consolidaría el ''tiranicidio'' como forma de resolver conflictos sociales. Pero Cuba sería un ejemplo no reiterado en ninguna parte en la batalla por las utopías. Los sangrientos golpes de estado en Latinoamérica serían dirigidos por la CIA de EE.UU. y con ellos se iniciaría un infeliz recorrido de retrocesos que afectaría también al ''boom''.

Con las dictaduras militares, además de cerrarse un ciclo de economía, en Latinoamérica buscarían censurar las ideas, lo que afectaría directamente a los lectores. Se terminaría así con la ''moda'' de la lectura y disminuiría también el número de escritores de etapa inicial del boom. Esto quiere decir que no sería visible esta lectura como sí ocurriera durante los años de crecimiento en la lectura de mediados de siglo XX.

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